Der Freischütz

Creo importante aportar de personalidad a cada puesta, conjugar los elementos de nuestro oficio para que el contenido y el sentido de la obra llegue al público y sea apreciado; el diseño por el diseño mismo no es hacer escenografía.

Der Freischutz es una obra del romanticismo alemán;  visualmente se suceden los ambientes oníricos, cargados de nostalgia con fuerte presencia del paisaje, un paisaje romántico pero al mismo tiempo inquietante(1), latente y misterioso. (para ver: C. David Friedrich, y también Tim Burton).

El sentido universal y omnipresente del bosque como escena, como paisaje, como lugar donde acontecen los hechos, fue la idea que definió la propuesta visual de este proyecto. Aparentemente simple conllevó  a un gran desafío

El bosque debía cambiar de acuerdo a los distintos ambientes; festivo y alegre para  la fiesta de los tiradores, pero también oscuro y tenebroso en la escena de la invocación y creación de las balas mágicas. Por esto la propuesta fue la de un bosque de líneas muy puras , monocromático para que tuviera buena respuesta a los cambios de luz,  con la sutileza de un simple follaje que cambiaba de color y volumen de acto en acto (muy a pesar de los utileros que cual jardineros se encaramaban a escaleras para hacer los cambios en los intervalos)

Incluso en las escenas interiores: la casa de Kuno y la habitación de Agathe en el acto final, siempre estuvo el bosque presente, porque allí encontramos el significado de esta trama cargada de tradición. Los elementos escenográficos que formaban estos interiores se deslizaban entre la trama del bosque, situación que favoreció la difícil mutación a vista que requiere la obra desde la Casa de Kuno a el Barranco del Lobo. Aquí lentamente todo se va volviendo inquietante (1), oscuro , tenebroso y aun con la casa en escena en plena oscuridad se avecina la noche, la tormenta, y las ramas oscuras del bosque como garras amarran la casa hasta hacerla desaparecer. Este efecto nos llevo  a muchas pruebas y lo hemos logrado gracias a un trabajo conjunto de todo el equipo: puesta, escenografía, luces y proyección de video, porque hacer que el publico saliera mentalmente de la caja escénica y se trasladara a este momento de magia y misterio fue posible por el aporte de los efectos de video pensados como otro recurso a sumar y no como una imagen en si misma.

(1)   Palabra propuesta desde el inicio por Mercedes Marmorek y que todos trabajamos hondamente

Material de Estudio

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Bocetos

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Estructura del libreto

Los autores sitúan la acción en los bosques de Bohemia, después de la

Guerra de los Treinta Años.

 

Acto I

La multitud celebra la fiesta de los tiradores en una taberna del bosque. Kilian, un rico campesino, vence al cazador Max y es aclamado.

Max, aprendiz de Kuno (guardabosques del príncipe Ottokar) y pretendiente de su hija Agathe, se convierte en objeto de las burlas de todos.

Se enfurece, pero la llegada de Kuno impide que se desate una pelea.

Entre la muchedumbre se encuentra Caspar, antiguo pretendiente de Agathe, quien sostiene que la continua mala suerte de Max en los disparos se debe a un maleficio. Kuno lo hace callar, pero se muestra preocupado por su aprendiz, al que le recuerda que al día siguiente tendrá lugar la prueba decisiva de la que depende su futuro: la casa, el puesto de guardabosques y la mano de Agathe. El certamen de tiro se origina en una tradición familiar, peroque está rodeada de leyendas como la de las “balas francas”, siete Freikugeln que el maligno proporciona a aquel  que le entrega el alma: seis de ellas darán donde apunte el tirador, pero la séptima siempre estará en poder de las fuerzas infernales. Deciden que lo mejor es no pensar en estos asuntos y entregarse al vals.

Mientras todos se retiran para festejar con la caída del sol, Max se queda solo y, con gran agitación interior, recuerda sus mejores épocas. En medio de la desesperación percibe el acecho del mal. Regresa  Caspar, y el joven, pese a la desconfianza, conversa con él. Max conoce la historia de las balas mágicas y cuál es la regla. Prosigue la charla  y se siente mal por la prueba de tiro que tendrá lugar al día siguiente: ¿qué diría su enamorada si lo viera regresar sin una sola presa? Caspar  señala un punto en el cielo, donde vuela un águila. Lo invita a Max a  dispararle, pero éste rechaza el pedido. Caspar le pone en las manos  su rifle cargado con una bala hechizada, hace que dispare, y el ave  cae a sus pies. Así convence a Max de acudir a la medianoche al temible barranco del lobo, donde fundirán siete nuevas balas mágicas.

 

Acto II

A la noche, en la casa de Kuno. El retrato del fundador de la familia  ha caído de la pared e hirió la frente de Agathe. La joven ve una mala señal, especialmente desde que el buen ermitaño del bosque –quien le  ha regalado unas rosas consagradas– le ha advertido de peligros en  ciernes, e ignora que en ese preciso instante Max derribó un águila con  una bala mágica. Ännchen, su prima, le entona una canción para  reconfortarla. Deja sola a Agathe, inquieta y a la espera de la llegada de  su enamorado. Entra Max, muy preocupado, y enseña a su amada la  presa. Ella se muestra acongojada porque él le cuenta que debe ir al  barranco del lobo con el pretexto de recobrar un ciervo abatido. Está  por desatarse una terrible tormenta, pero es inútil retener a Max. El barranco del lobo en medio del bosque, noche cerrada, apenas  iluminada por destellos lunares a través de las nubes y el ramaje. El  lugar es lúgubre, se escuchan misteriosos ruidos y voces extrañas.

Caspar prepara la fundición de las balas. Ante la invocación aparece Samiel, el “cazador negro”. Caspar ha empeñado su alma, su plazo  ha terminado y solo podrá evitar la condenación eterna si consigue  una nueva víctima. Caspar ofrece el alma de Max, Samiel acepta y  desaparece. Llega el joven y se sienta junto a Caspar. La tormenta  estalla mientras se forjan las siete balas, con las que Max espera  vencer en el certamen del día siguiente. En medio de una agitación  infernal, en la que los elementos desatan su furia, pasa la “cacería  infernal”, grotesco cortejo de almas en pena, y en el momento culminante del hechizo reaparece Samiel para hacer sentir su poder.

Tras esto y de manera inmediata, todo regresa a la calma.

 

Acto III

En lo de Kuno, durante la mañana del nuevo día. Si Max resulta vencedor de la prueba decisiva, unirá su destino al de Agathe. Ella expresa su preocupación y aparece Ännchen, a quien le confiesa sueños inquietantes. La amiga la consuela una vez más y aparecen las doncellas de honor que acompañarán a la novia. Agathe sigue preocupada: durante la tormenta el cuadro del antepasado volvió a caer y cuando Ännchen abre la caja de la corona de novia, descubre que contiene una corona fúnebre. Inmediatamente, lo resuelve tejiendo una nueva con las flores que le regaló el ermitaño.

Paisaje boscoso. Alrededor del príncipe Ottokar se han dado cita los hombres más importantes de la comarca para presenciar la prueba de tiro. El señor señala una paloma blanca posada sobre la rama  de una árbol: será el blanco de Max. Pero, entretanto, las seis primeras balas ya han sido gastadas. Cuando Max dispara se oyen gritos y dos personas caen al suelo: Agathe, y Caspar, que hasta ese momento no se había hecho ver. Max toma la mano de Agathe, que  vuelve en sí, mientras Caspar muere traicionado por Samiel. El joven confiesa su falta y Ottokar quiere desterrarlo. Llega desde el bosque  el ermitaño, que es venerado como un santo. Se muestra en contra del certamen de tiro, que ha puesto en manos del maligno a un buen joven y trajo la infelicidad a los enamorados. Max cayó en falta por amor y el príncipe deberá concederle un plazo. Si aquél continúa siendo honrado, heredará el puesto y la casa del guarda bosques, y recibirá la mano de Agathe. El príncipe Ottokar se inclina

ante el sabio ermitaño, manda arrojar el cadáver de Caspar al barranco del lobo y ordena terminar con la tradición: nunca más será necesaria una prueba de tiro para demostrar el valor de un hombre y su amor por una mujer.