Espartaco

Dentro del libro “Carne y piedra”(1), de Richard Sennett en el capitulo la IMAGEN OBSESIVA  hay reflexiones que realmente me han girado en la cabeza desde el inicio de este proyecto.

…“La geometría del poder gobierna el espacio” desde el principio al fin en obra, busque la esencia  de esa arquitectura de piedra, y no sus detalles : …”el romano miraba y creía , miraba y obedecía. La perdurabilidad de Roma contrasta con la acción del tiempo en el cuerpo humano”(1).

La fuerza de la línea en el diseño nos ubica en el tiempo. El detalle del orden, de lo decorativo he intentado que se recomponga en la mirada del espectador , el desafío es grande pues desde la escena todo es muy puro , austero pero al mismo tiempo transmite en todo momento el poder de Roma y la fuerza de esta historia.

Espartaco perteneció, vivió y murió dentro del régimen del Imperio,  fue un gladiador rebelde, y su fuerza e ideales puso al límite el poder del general romano Crasso .

Un gran friso en bajo relieve es la única pieza figurativa, cargada de significado  es el elemento que corta cada escena dentro de un mismo acto, como recordando en todo momento donde estamos y que esta pasando, es un bajo relieve de gran dramatismo y fuerza guerrera

Los momentos de intimidad entre Espartaco y Frigida, son de un clima de gran simpleza solo ellos dos, solo su amor.

Otra escena delicada era la del Mercado de esclavos en donde Espartaco incita a la rebelión, insisto no quería hacer decorados reales sino más bien simbólicos ( que contaran la historia mas que deslumbraran por sus diseños). Aquí entre las líneas genéricas de la escenografía bajan a vista dos enormes rejas que oprimen a cada uno de estos esclavos que lucharan por liberarse, la segunda reja pasa desapercibida, pero al final es centro de la escena cuando matan a Espartaco y este queda allí, sin vida ,inmerso su cuerpo y alma en una cruz de luz roja ( Requiem final).

Bocetos

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Estructura de la obra

ACTO I

Escena I
Invasión. La máquina militar de la Roma imperial, al mando de Craso, está embarcada en una cruel campaña de conquista, destruyendo todo lo que encuentra a su paso. Entre los prisioneros encadenados, que han sido condenados a esclavitud, se encuentran Espartaco y Frigia.

Monólogo de Espartaco. Espartaco está desesperado. Nacido como hombre libre, es ahora un esclavo encadenado.

Escena 2
El mercado de esclavos. Los traficantes de esclavos separan a los hombres y a las mujeres para venderlos a los romanos adinerados. Espartaco es apartado de Frigia.
Monólogo de Frigia. Frigia está abrumada por el dolor. Piensa horrorizada en el terrible destino que le espera.

Escena 3
Orgía en el palacio de Craso. Cómicos y cortesanas entretienen a los invitados burlándose de Frigia, la nueva esclava de Craso. Aegina hace que Craso se una a ella en un baile frenético, orgiástico. Ebrio de vino y deseo, Craso ordena que dos gladiadores luchen a muerte para él armados con cascos y viseras cerradas, con lo que ninguno de los dos puede ver contra quién lucha. El vencedor se quita el casco: es Espartaco.

Monólogo de Espartaco. En contra de su voluntad,  Espartaco ha sido obligado a matar a uno de sus compañeros. Su consternación se convierte pronto en furia y rebelión. No será esclavo nunca más. La única opción que le queda es reconquistar su libertad.

Escena 4
Los barracones de los gladiadores. Espartaco incita a la los gladiadores a rebelarse. Estos le juran lealtad y, como un solo hombre, huyen de los barracones hacia la libertad.

ACTO II

Escena V
La Vía Apia. Después de liberarse de su cautiverio, los gladiadores se encuentran en la Vía Apia con un grupo de pastores. Los seguidores de Espartaco les animan a unirse a la rebelión. Los pastores y el populacho proclaman a Espartaco como su líder.

Monólogo de Espartaco. Pensar en el destino de Frigia como esclava atormenta a Espartaco. Cautivado por el recuerdo de su amada, piensa en ella día y noche.

Escena VI
La villa de Craso. Buscando a Frigia, Espartaco ha llegado hasta la villa de Craso. Los dos amantes rebosan felicidad al encontrarse de nuevo, pero la llegada de un séquito de patricios, encabezado por Aegina, les obliga a huir. Monólogo de Aegina. Aegina lleva mucho tiempo soñando con seducir a Craso para influir sobre su voluntad. Su intención es conquistarle para poder acceder legalmente al mundo de la nobleza romana.

Escena VII
Fiesta en la villa de Craso. Craso celebra sus victorias. Los patricios se desviven en elogios. El festejo es bruscamente interrumpido por una alarmante noticia: Espartaco y sus hombres tienen rodeada la villa. Invadidos por el pánico, los invitados se dispersan. Craso y Aegia huyen también. Espartaco entra en la villa.
Monólogo de Espartaco. ¡Victoria! Ésta le llena de regocijo y de confianza en el triunfo de su rebelión. ¡Victoria!

Escena VIII
La victoria de Espartaco. Los hombres de Espartaco han hecho prisionero a Craso y quieren matarlo, pero Espartaco no busca venganza y sugiere a cambio un combate singular entre ambos. Craso acepta el desafío y es derrotado: Espartaco lo desarma de un golpe. Craso se prepara para morir, pero Espartaco, con un gesto de desprecio, le deja ir. Que todos sepan de su deshonor es castigo suficiente. Los insurgentes, entusiasmados, celebran la victoria de Espartaco.

ACTO III

Escena IX
La venganza de Craso. Craso está atormentado por su infortunio. Apelando a su orgullo herido, Aegina le urge a que tome venganza. Sólo hay un camino a seguir: la muerte de los insurgentes. Craso reúne sus legiones. Aegina le contempla mientras parte al combate.
Monólogo de Aegina. Espartaco es también el enemigo de Aegina. La derrota de Craso sería su perdición. Aegina diseña un pérfido plan: sembrará la discordia en el campamento de Espartaco.

Escena X
El campamento de Espartaco. Espartaco y Frigia son felices juntos, pero, repentinamente, sus comandantes traen la noticia de que Craso se acerca al mando de un numeroso ejército. Aunque Espartaco decide presentarle batalla, algunos de sus hombres, acobardados, le abandonan y desertan.
Monólogo de Espartaco. Espartaco tiene el presentimiento de que el desenlace de la batalla será trágico, pero está dispuesto a sacrificar su vida en aras de la libertad. Los hombres que le han permanecido fieles, están dispuestos a seguirle a la batalla.

Escena XI
Discordia. Aegina se infiltra en las filas de los traidores que, a pesar de haber abandonado a Espartaco, aún podrían ser persuadidos para regresar a su lado. Ayudada por las cortesanas, los seduce con vino y bailes eróticos, consiguiendo que abandonan toda precaución. Después de atraer a los traidores a la trampa, Aegina los pone en manos de Craso.
Monólogo de Craso. Craso está consumido por sus deseos de venganza. Hará pagar a Espartaco la humillación que sufrió por su culpa.

Escena XII
La última batalla. Las fuerzas de Espartaco, rodeadas por las legiones de Craso, perecen en el desigual combate. Espartaco lucha valerosamente hasta el amargo final, pero los soldados romanos, acercándose al héroe herido, lo crucifican en sus lanzas.

Requiem. Frigia recupera el cuerpo de Espartaco del campo de batalla y llora por su amado. Su dolor es inconsolable. Alzando sus brazos, Frigia ruega a los cielos que la memoria de Espartaco viva para siempre.

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